miércoles, 19 de marzo de 2008

Avance

Por tierras fértiles sus pies descalzos anduvieron. La llama abrigó su cuerpo y la batalla su alma. Devenido en ser mortal sembró la semilla de la vida intentando equívocamente perdurar en el tiempo. El fin de su camino aún no ha llegado dándole la chance de seguir hundiendo sus pies en el barro. Lo empírico de su procesión le dará la gratificación por su sacrificio estoico. La eternidad galardonará su perseverancia.

martes, 22 de enero de 2008

Relación

La forma de percibir y de aceptar los acontecimientos que nos rodean, irrumpe con la idealización y la utopía de un fin común.
Los aspectos vistos con perspectivas distintas, los puntos, relevados desde ópticas que varían acorde al contexto social, político o cultural imposibilitan el arribo a una conclusión unívoca.
Mismo en uno, la falta de correlación en la totalidad de su persona, las contradicciones y la tolerancia de sucesos acorde como se presenta cada situación en particular, la flexibilidad de la vara con la que se mide, comprometen la conjunción de los pensamientos.
¿Cómo pretender entonces, el absolutismo de una verdad? Claramente esta, es tan variable como se lo desee.
Así por lo mismo no existe distinción sujeta a un carácter moral, del bien y el mal.
No hay Ser capaz, por estar implícitamente sumergido en un contexto, que distinga y que pueda aseverar qué es el bien y qué es el mal. De hecho no puede siquiera diferenciar la delgada línea que los aparta. ¿Cómo entonces pretender encontrar una verdad?
Brota por la humanidad la creencia de la necesidad de transmitir el mensaje, sin comprender que la transmisión del mismo, tergiversa al original.
Bien entonces, la identificación de un problema es más difícil e importante, que hallar la solución al mismo.
¿Cómo uno podría alejarse de la realidad actual y apuntar un problema en particular? Claramente, por más fuerza de voluntad, y obviando el hecho de incurrir en el facilismo, es esto imposible.
¿Quién pudiera alzar la voz por sobre los demás y aventurarse en su afirmación de la virtud personal de discernir los acontecimientos morales?
La nobleza podría encontrarse en no imponer lo que se considera correcto, sino aceptar distintas percepciones de una misma realidad; pero está esto también para ser juzgado, ya que no es más que otra opinión contextualizada.
Entonces, siendo imposible la abstracción total, ¿Se puede afirmar que la verdad es relativa, y no absoluta? Claramente, una vez más, la respuesta, sea afirmativa o negativa, está contextualizada. Entonces uno se aventuraría en aseverar “nada es absoluto, por el contrario, todo es relativo”, y con el solo hecho de mencionar ridículo enunciado, estaría uno contradiciéndose.
En el afán de salvaguardar una idea, se la destruye implícitamente al identificarla; tal y como lo mencionó Bernard Shaw.
Esto produce que los hechos estén vinculados tan íntimamente, que la reciprocidad de los mismos sea consecuencia de su mera existencia.
Deviene esto en la incapacidad de conocer, de discernir, de distinguir, de encontrar el comienzo del hilo que forma el ovillo.
¿Cómo defender con entusiasmo algo que se sabe que por el sólo hecho de defenderlo, se lo está dañando?
A esto está sujeto todo accionar; todo lo defendido efusivamente, es atacado con la misma efusividad.