viernes, 28 de septiembre de 2007

Conflicto

El conflicto que regía sus vidas se debatía en un lugar estrecho. La escasa amplitud de terreno bélico conllevaba implícitamente algunos condicionamientos. Los enemigos eran cercanos, es decir, el profundo conocimiento de sus estrategias era recíproco. Combatían día a día, ya habían perdido la noción del tiempo, tal vez ya habían pasado años, nunca se sabe. A pesar de poseer grandes cualidades, ambos se sentían aislados en el campo de batalla. Los abrumaba la situación, y a quién no. Pero sobresale algo de esto, este lucha encarnizada, prolongada en el tiempo hasta el olvido del comienzo del mismo, y sin esperanza de un fin, había aunado a los enemigos, a tal punto de que ya se hacía imposible discernir quién combatía por el bien, y quien lo hacía por el mal. Obviando la cuestión ética, moral y tal vez existencial de qué signifique esto. La convergencia en algunos conceptos era notoria. La brutal divergencia en otros, imposibilitaba el debate pacífico. Y en la eternidad del tiempo, estos enemigos se hicieron inmortales y tuvieron que convivir. Se autoproclamaron necesarios. Y todos los adoptamos como hijos huérfanos. Y en mi viven, como en todo ser racional. Y se los ha nombrado con el afán de identificarlos. Y en mi idioma no son más estos guerreros, que mi ego y mi pudor. Mi orgullo y mi vergüenza. Mi respeto y mi indiferencia. Mi pro y mi contra. Y en mi vivirán, hasta que conmigo mueran.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Complementos

“Todas las generalizaciones son malas, inclusive esta”.
Bernard Shaw


“A toda acción corresponde una reacción igual en magnitud y dirección, pero de sentido opuesto”.
Sir Isaac Newton


El equilibrio, desde siempre, ha dado sentido a las contrapartes, puesto que nuestra óptica, y entiéndase por óptica a toda percepción sensorial, sólo nos aporta información por contraste.
La limitación a toda definición esta impuesta por la imposibilidad de transmitir un conocimiento sin hacer referencia a otro, la reciprocidad de los hechos hacen carentes de significado a definiciones de complementarios.
La inevitable relación íntima de los opuestos hace que los mismos se potencien mutuamente.
Sea tal vez la pareja perfecta, en esta compulsa, la que forman el amor y el odio. Su ligadura íntima permite y favorece al hecho de su proporcionalidad, haciendo referencia esta a inconmensurables aspectos.
Ambos son perfectos, y no es la ambición del ser erradicar al odio, pues sin este el amor se desvanecería.
Nótese que uno de estos no puede definirse como la ausencia del otro, pues por el contrario, la definición, y es más, la existencia de estos, depende de la supervivencia de ambos, y se avala aquí la relación proporcional, siendo esta de índole directa, ya que cuando se acrecienta uno, también lo hace el otro.
Y el privilegiado que ha conocido a la vida (y vive), que comprende y acepta la inexorabilidad de la muerte, por ser esta de carácter erradicable, formando una metáfora, un paralelismo perfecto, con el caso anterior, ya que, solo queda, como método único, para desmerecer, para desvalorizar a la muerte, enaltecer la vida.
Entiéndase entonces, que es de carácter trascendente, saber valorar el amor, es este, fuente única de razón.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Comprensión

La percepción de todo escrito se plasma de formas distintas, dependiendo del lector.
Esto se debe a incontables variables, que enriquecen o empobrece la lectura.
Una de estas, en la cual quisiera hacer hincapié, es un hecho que pudiera tal vez pasarse por alto, pero que juega un rol importante en toda lectura.
Consideremos este escrito en particular, en este preciso instante, ¿Cómo se refleja esta lectura en nuestro cerebro?, es decir, ¿Qué voz interna imaginamos al leer?, ¿Acaso la lectura no es un susurro interior?, ¿Es nuestra propia voz la que oímos?, ¿Es una voz amorfa, indescriptible? Y si conociésemos la voz del escritor, ¿Seria su voz la que nos susurra íntimamente?
Y el que ha nacido privado de oír y fue impedido de conocer cualquier acto sonoro, ¿Cuál es la representación de su lectura?
Al infinito se reproduce la lectura, agudizando el oído carente de representación física, en el oyente y en el sordo, buscando el sonido interior.