viernes, 21 de octubre de 2011

Brevedad

Alentar a decir sencillamente lo que se piensa no es abogar por la sinceridad, sino por una verborragia absurda que tendrá por fin dejar al descubierto que tan limitados hemos de ser.
La importancia de todo tema será -por cierto- subjetiva, entonces, animar a pensar lo que se dice no implica necesariamente una búsqueda en pos de la genialidad onírica, sino en darle trascendencia a lo dicho en plena conciencia.
El valor no radicará en el tema en sí mismo, sino en el respaldo que a éste se le ha dado.